NOTAS
10 de agosto de 2022
PERSPECTIVAS NEGATIVAS PARA LOS JÓVENES ARGENTINOS QUE PIENSAN EMIGRAR.

Por : Laureano Bielsa
Abogado, Comunero en CABA y dirigente Cripto Peronista
Cada vez que la Argentina atraviesa una de sus recurrentes crisis económicas, políticas e institucionales los medios y las redes se llenan de historias de compatriotas que se están yendo del país buscando un futuro mejor en el exterior.
Así como el término “fuga de cerebros” se popularizó desde la década de 1960 en adelante para referirse a la partida de personas con títulos universitarios hacia otros países, hoy leemos que “cada vez más” pibes y pibas piensan que “la única salida es Ezeiza” y deciden emigrar.
Sin embargo, esta vez el panorama mundial es bien distinto al que podía encontrarse a comienzos del siglo. Una mirada atenta nos arroja 5 motivos por los que se trata del peor momento de la historia reciente para iniciar una mudanza definitiva fuera del país.
Crisis energética.
Por la guerra en Ucrania, el precio de la energía se disparó. El gas ruso que mantenía funcionando la maquinaria industrial europea (proveyendo hasta un 40% de la demanda) disminuyó enormemente, reduciendo de forma significativa el crecimiento proyectado para la zona euro entre 2022 y 2023.
El gasoducto Nord Steam 1, que va desde Rusia hasta Alemania (país que depende hasta un 30% del gas ruso), está funcionando a menos de la mitad de su capacidad, mientras que el proyectado Nord Stream 2, que iba a duplicar el volumen de gas transportado, se encuentra construido pero no entró en funcionamiento por decisión del gobierno alemán.
Alimentos caros.
La guerra en Ucrania también generó un incremento en el precio de los alimentos. Antes de la guerra, Rusia y Ucrania sumaban el 30% del trigo comercializado a nivel mundial, además del 20% del maíz y el 70% del girasol.
Al mismo tiempo, en julio pasado, los agricultores holandeses entraron en paro para protestar contra las políticas medioambientales de la Unión Europea, lo cual ensombrece aún más el panorama.
Nacionalismos extremos.
Con la crisis, la globalización está sufriendo fuertes regresiones nacionalistas. Las sociedades se están volviendo cerradas y xenófobas, especialmente en el “primer mundo”. Ser latino para algunos locos puede ser un insulto.
Por ejemplo, en España la presidenta de la Comunidad de Madrid criticó al Papa Francisco por pedir perdón en nombre de la Iglesia por los crímenes cometidos durante la llamada conquista de América.
De igual forma, podemos ver un espectáculo lamentable de xenofobia en EEUU donde los gobernadores de Texas y Nueva York, Greg Abbott y Eric Adams respectivamente, disputan entre sí para sacarse de encima a más de 4000 inmigrantes que ingresaron al país por decisión del presidente Joe Biden.
Migración contraintuitiva.
Mientras algunos creen que la única salida está en Ezeiza, muchos jóvenes de todo el mundo están empezando a ver a la Argentina como un lugar ideal para instalarse, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires.
¿Por qué? Hay muchos motivos: somos una sociedad cosmopolita, con altos índices de desarrollo humano, contamos con una infraestructura más que razonable, y gozamos de mejor compatibilidad horaria y cultural con sus países de orígen. Pero sobre todo porque estamos muy baratos para quien tiene ingresos en divisas.
No es casualidad que Argentina sea el país de la región donde más está creciendo el fenómeno de los nómades digitales.
Boom de la economía del conocimiento.
La quinta razón por la cual este es el peor momento para irse es que justo ahora en Argentina hay un sector de la economía urbana que está explotando. Un sector que tiene pleno empleo, donde la demanda laboral es permanente y nunca termina de estar satisfecha. Este sector es la economía del conocimiento.
Entre sus múltiples virtudes encontramos que se trata de un sector altamente competitivo, donde el mayor capital necesario para producir es el aprendizaje de nuevas capacidades digitales y, quizás lo más importante de todo, es capaz de generar dólares exportando servicios del conocimiento a otros países.
Para terminar
Acá nunca estamos solos. La patria es la tierra de tus padres, el lugar donde conoces a todos y todos te conocen, no subestimemos el valor que tiene eso aunque hoy pueda parecernos obvio.
Tenemos morfi y espacio, pero necesitamos encontrar la forma de valorizar nuestro trabajo. Para eso debemos dominar esta nueva forma de producir que es la economía del conocimiento. Nos permite exportar nuestro trabajo a otros países sin necesidad de pasar por ninguna aduana. Argentina es un bardo, sí, pero estos días el resto del mundo está lleno de quilombos.
Si estás pensando en irte, pensalo dos veces. En una de esas ahora mismo conviene quedarse acá. No existe el cielo en la tierra, no esperemos a dejar atrás lo que tenemos para darnos cuenta de cuánto vale.
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