Históricamente, la precipitación mínima durante este cuatrimestre ronda los 160 mm, aumentando hacia el Este, donde suele alcanzar entre 200 y 260 mm. Sin embargo, en 2024 los valores han sido exclusivamente inferiores: en el sector Oeste de la provincia las lluvias no superaron los 40 mm, mientras que en el extremo Noreste apenas llegaron a los 160 mm.
El promedio histórico de precipitaciones acumuladas para este período (2004-2023) es de 197 mm. Sin embargo, en el presente año, la media fue de tan solo 77 mm, marcando una caída del 61% (120 mm). Esta reducción significativa en las lluvias ha llevado a la Bolsa de Cereales de Entre Ríos a evaluar la distribución y la anomalía de las precipitaciones, comparando los datos actuales con los registros históricos y utilizando el Índice de Precipitación Estandarizado (SPI), una herramienta para identificar condiciones de sequía o exceso de lluvias.
El análisis realizado sobre los 106 distritos de Entre Ríos arrojó resultados alarmantes:
- 59 distritos registraron condiciones de sequía extrema.
- 45 distritos calificaron como áreas con sequía severa.
- 2 distritos presentaron sequía moderada.
Este déficit hídrico, sin precedentes en las últimas dos décadas, plantea un desafío considerable para el sector productivo de la provincia, que deberá tomar medidas de adaptación ante un escenario de sequía prolongada.
Cinco campañas con 40% menos de agua
De acuerdo con datos del INTA, las últimas cinco campañas agrícolas registraron un 40% menos de oferta de agua en promedio durante el invierno, afectando principalmente a las provincias de Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe. En al menos dos de estos años, la región productiva recibió menos del 80% de la precipitación invernal normal, una tendencia que se repitió en 2024. Este déficit no solo impacta el crecimiento de los cultivos de invierno, sino también la planificación de la siembra. temprana de los cultivos de gruesas.
En este sentido, Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del INTA, advirtió que “el déficit hídrico transitorio, con períodos consecutivos más largos entre lluvias, y las sequías prolongadas se han vuelto recurrentes”. Además, destacó que en la primavera actual persiste este patrón, lo que agrava la situación hídrica.
La Niña con altas chances de desarrollarse
Las predicciones climáticas indican la probabilidad de que se establezca un evento de La Niña entre septiembre y noviembre, con una intensidad de débil a moderada, y una probabilidad del 71% de desarrollarse en este trimestre. Para Entre Ríos, las lluvias durante este período se prevén en rangos de normales a deficitarios, con una probabilidad del 45-50% de continuar con precipitaciones por debajo de lo normal. Además, las temperaturas podrían ser entre normales y más cálidas que los valores climáticos, lo que aumentaría la demanda hídrica de los cultivos debido a la mayor evapotranspiración.
Con este panorama, se refuerza la necesidad de tomar decisiones estratégicas para mitigar los efectos de la sequía y adaptar los manejos agrícolas a la nueva realidad climática que enfrenta Entre Ríos, en un contexto de lluvias deficitarias y temperaturas por encima de lo habitual.
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