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Las pérdidas que no se ven en los tambos

Por el Médico Veterinario Claudio Larrateguy. M.P. 0494

La producción de leche en los mamíferos comienza luego del parto de las hembras, con el fin de alimentar a sus crías. En los tambos comerciales, este evento —el parto— es fundamental, y se espera que ocurra una vez por año y por vaca para lograr una producción sustentable.

En la provincia de Entre Ríos, la mayoría de los tambos son familiares, donde los distintos integrantes de la familia cumplen múltiples roles. Muchas veces, las tareas diarias dejan poco tiempo para registrar y evaluar los datos de los diferentes eventos que suceden en el tambo.

A mediados de agosto de 2024 asistí a una consulta de un productor lechero en el departamento Paraná. Durante la visita al establecimiento, le pedí al tambero que me mostrara los registros de eventos (partos, servicios, etc.), y observé altos índices de repeticiones de servicios, abortos, retenciones de placenta, entre otros. Estos datos reflejaban lo que estaba ocurriendo: largos períodos de vacas en lactancia, intervalos entre partos demasiado prolongados, etc., que llevaban a ineficiencias en la producción de leche.

Tras analizar los datos junto al productor, vimos que había un número importante de vacas que no estaban preñadas luego de varios servicios, lo que indicaba que estarían por debajo de la tasa de preñez anual. Además, los registros mostraban una alta tasa de pérdidas gestacionales (más del 20%).

Como las causas podían ser múltiples —detección del celo, calidad del semen, nutrición, manejo de las vacas secas y en preparto—, acordamos establecer un plan de trabajo con visitas periódicas para evaluar los registros de eventos, hacer diagnósticos reproductivos, implementar un plan sanitario básico y monitorear el manejo de vacas secas y en preparto.

Descripción del establecimiento

El establecimiento está ubicado en el departamento Paraná, provincia de Entre Ríos. Cuenta con 50 hectáreas propias y otras 40 arrendadas, linderas. Es un tambo de tipo pastoril, con suplementación de alimentos balanceados. La base forrajera se compone de pasturas con base de alfalfa, verdeos de verano (sorgo) e invierno (avena). También incorpora silo de maíz y rollos de pradera.

El rodeo tiene unas 50 vacas en ordeño, 10 vacas secas, 15 vaquillonas con servicio, 10 en recría y 20 terneros y terneras. El servicio es continuo, por inseminación artificial (no hay toros), con semen provisto mensualmente por una compañía nacional.

Las instalaciones de ordeño cuentan con un tinglado, sala en espina de pescado y ordeñadora de línea alta de 10 bajadas, además de tanque de frío. El personal está compuesto por un tambero ordeñador con ayudante, quien también se encarga de los piquetes de pastoreo. El propietario y su hijo realizan las tareas de siembra de forrajes, distribución de alimentos y manejo general de la hacienda. La sanidad (brucelosis y tuberculosis) se realiza con un veterinario de la zona, que también atiende urgencias.

Plan de trabajo

Comencé a asistir al establecimiento una vez por semana. Al evaluar los registros reproductivos, lo primero que se notó fue un alto número de servicios por vaca, y lo mismo en vaquillonas. Establecimos una rutina de trabajo en la manga para revisar:

  1. Vacas y vaquillonas en celo antes del servicio (se capacitó en detección de celo).

  2. Vacas recién paridas y evaluación de alta a servicio (se revisó involución uterina y presencia de flujos normales; se detectaron casos de flujos anormales y endometritis, aplicando protocolos de tratamiento).

  3. Diagnóstico de gestación en vacas y vaquillonas con servicio retenido de más de 40 días (se identificaron muertes embrionarias tempranas y abortos).

  4. Sangrados individuales en algunas vacas con abortos. El único análisis posible fue BPA para diagnóstico de brucelosis.

  5. Establecimiento de un período de espera voluntario (PEV) de 40 días, con revisación previa al alta a servicio.

Además, indiqué la vacunación inmediata de todo el rodeo contra enfermedades virales y bacterianas de la reproducción (IBR, DVB, leptospirosis, campilobacteriosis, etc.), con revacunación a los 30 días.

A los 60 días aparecieron nuevos abortos en vacas y vaquillonas, y repeticiones de servicios que indicaban muertes embrionarias. Recomendé nuevamente vacunar todo el rodeo con doble dosis (a 30 días), esta vez con la vacuna VEDEVAX BLOCK, del laboratorio VETANCO, específica para Diarrea Viral Bovina (DVB). Esta enfermedad afecta al bovino en distintas edades, produciendo baja inmunidad y trastornos reproductivos.

Evaluación del semen y manejo reproductivo

Se evaluó el desempeño de los toros utilizados en inseminación artificial, detectando fallas en algunas pajuelas y alta repetición de servicios con los mismos toros. Analizamos los catálogos de la empresa proveedora, y se decidió cambiar a otra compañía (CIALE), seleccionando toros con mayor fertilidad.

Se capacitó nuevamente en detección de celo, descongelamiento y enhebrado uterino. Además, se implementó la IATF (Inseminación Artificial a Tiempo Fijo) con sincronización de celos mediante dispositivos intravaginales, en pequeños grupos de vacas (5 por vez), luego de revisación individual.

Nutrición y manejo preparto

Otro punto clave fue el monitoreo de la dieta y la condición corporal de las vacas secas en preparto. Se aumentó la cantidad de sales aniónicas suministradas y se mejoró la calidad de la dieta. Las vacas en preparto estaban en un corral aparte, recibiendo silo de maíz picado fino en bateas, rollo de gramíneas como fuente de fibra, una ración de maíz y balanceado comercial, más sales aniónicas. El piquete donde se alojan es amplio, con sombra natural, buena ventilación, agua fresca en cantidad y calidad, lo que mejoró notablemente su estado corporal.

Conclusión

La falta de preñez en las vacas puede deberse a múltiples causas. Sin embargo, al establecer un plan de trabajo conjunto entre el veterinario y el productor, programando tareas para lograr una condición corporal óptima al parto, cuidando la dieta, el manejo y aplicando un plan sanitario básico, sumado al uso de semen de buena fertilidad, es posible reducir las pérdidas y mejorar los resultados reproductivos y productivos del tambo.

Contacto:

Médico Veterinario Claudio Larrateguy+54 9 343 623-2395

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